Hoy es un día muy importante aunque para todos sea un simple Domingo, para mí no ha sido un Domingo cualquiera. Ayer me dediqué a preparar mi Mountain Bike para la batalla de hoy. No hay que tener mis conocimientos de ajustador mecánico para arreglar una bici, pero si tiempo y actitud. Hinchado de ruedas, engrasado para los cambios y listo. El día empezaba con un desayuno lleno de energía.
Me he propuesto llegar al sitio donde iba de adolescente con la bici unos 10 km. Mi forma física quizás sea la mejor que tengo en mi vida, pero sé que el ciclismo exige. En las primeras pedaladas noté esa dureza en mis piernas y pensé… puff esto es muy duro quizás me puse un objetivo demasiado exigente. En el mismo momento recordé esta frase:
Y así fue seguí pedaleando en aquella carretera parcheada tal y como la recordaba siempre, logré mi ritmo. Saludos entre ciclistas que me cruzaba y peatones.
Mi indumentaria era la propia de un Dominguero o Globero- Término ciclista que define al cicloturista amateur con poca experiencia-.
Ya se veía de lejos mi objetivo y llegué a un pequeño santuario. Me considero agnóstico pero mi madre era muy creyente y parece que me estaba diciendo descansa.
Aquella imagen o ese momento de respiro me dio fuerzas para el trayecto final. Últimas subidas y bajadas, cada vez se ven más cicloturistas. Ahora donde se alojan piscinas para el verano hace unos años estuve cerca de poner punto final a mi vida.
Por fin logré llegar a mi destino e hice la foto donde se ve mi bicicleta y la primera “playa “que vi de niño.
Aquello no es un paraíso o quizás sí, ¿Quién el responsable de definir lo que es paraíso?
No hace falta entender mucho de bicicletas para saber que es antigua, solo viendo que para regular su asiento se necesita llave inglesa, te puedes hacer una idea, pero para mí esta bici me tiene que acompañar toda la vida. El Kintsugi es el arte japonés de resaltar los defectos con oro, a esta bici no le hace falta tiene su propio resplandor. Nunca se quejó cuando llegaban lluvias y la dejaba en el patio, cuando caían heladas mi «hierro» seguía estando allí, cuando no la utilizaba ni en un lustro.
En el triángulo de la bici antes de tomar salida guardé un pequeño libro de notas,(para escribir ideas que me pudieran surgir en este reto), una cámara nueva y el móvil, es decir no pensé que pudiera pinchar. Hay que tener actitud positiva en la vida ya vendrán errores o momentos malos, pero no hay que pensar en que eso sucederá.
Y en ese mismo momento nació la idea de volver a empezar a luchar por la vida, tener objetivos reales y por supuesto de luchar hasta ser la mejor versión de mí mismo y escribir. El mejor momento siempre es AHORA como ya decía el gran Víctor Hugo:
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